Durante muchos años, escuchaba frases como "el amor lo puede todo", y me parecían cursis e irreales. Para mí, la vida giraba en torno a obtener resultados, cumplir metas. Sin embargo, en mi caminar con Dios, he descubierto que el amor es lo que realmente sana y transforma, incluso en la forma en que manejamos nuestro dinero. Al entender el concepto del amor en la Biblia, aprendí que una correcta administración del dinero debe incluir el cuidado a ti mismo y el cuidado por los demás.

Si Dios creó todas las cosas, también espera que cuidemos de ellas. Ser generosos con nuestro tiempo, talentos y recursos es parte del mandato que nos ha dado. No solo se trata de cuidar lo material, sino también de cuidar las relaciones, los corazones y las almas de las personas. Dios nos bendice para ser de bendición a otros.

Así como Noé fue llamado a cuidar de los animales y su familia durante el diluvio, nosotros también debemos ser mayordomos de lo que Dios ha puesto en nuestras manos.

El trabajo es una bendición de Dios y una forma de servir a los demás. A través de él, podemos cumplir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas. Este principio está estrechamente relacionado con la fe cristiana y la manera en que manejamos nuestras finanzas. La Biblia nos llama a ser diligentes y responsables con lo que Dios nos ha dado.

La fe es la clave para vivir una vida plena y cumplir los objetivos. Sin fe, es imposible agradar a Dios, y he aprendido a confiar más en Su plan que en mis propios miedos. Cuando pensamos en cómo administrar el dinero según la Biblia, la fe nos impulsa a confiar en Dios para nuestra provisión y futuro económico.

Pedro caminó sobre el agua cuando puso su mirada en Jesús, cuando dejó que el miedo lo dominara, comenzó a hundirse. Esta historia siempre me recuerda que la fe es la base para mantenernos firmes tanto espiritualmente como financieramente.

He aprendido que el perdón también afecta la forma en que manejamos nuestro dinero. Perdonar a otros, así como Dios me ha perdonado, es uno de los mayores desafíos, también una de las mayores bendiciones. Antes solía guardar resentimiento y al entender el poder del perdón, he podido liberar mi corazón y vivir con más paz en mi vida personal y financiera. La Biblia nos enseña que el perdón trae libertad, y eso incluye nuestras decisiones económicas.

Vivimos en un mundo donde constantemente estamos bombardeados con información que no siempre es saludable para nuestra mente. He aprendido a ser intencional con lo que dejo entrar en mi corazón y mente, filtrando lo que no edifica.

Meditar en la Palabra de Dios es la mejor manera de mantener una mente y un corazón sanos, incluso para tomar decisiones financieras sabias.